Propiedad intelectual, derechos de autor y copyright

Como creador de una obra, tienes el poder de controlar cómo se usa. Los derechos de autor te otorgan la facultad de autorizar o prohibir la reproducción, interpretación, grabación, transmisión, traducción o adaptación de tu trabajo.

Estos derechos se dividen en dos categorías fundamentales, esenciales para proteger tu creación:

Derechos Morales

Los derechos morales son personales e inseparables del autor. Son inalienables e irrenunciables, lo que significa que no se pueden vender ni transferir a otra persona. Te permiten:

• Exigir que se te reconozca como el autor de la obra.

• Decidir si la obra se puede divulgar, modificar o no.

• Mantener la integridad de tu creación.

Derechos Patrimoniales (Económicos)

Los derechos patrimoniales o de explotación económica son los que te permiten obtener beneficios de tu obra. A diferencia de los derechos morales, estos sí pueden ser cedidos a terceros (vendidos, licenciados, etc.). Estos derechos abarcan cualquier tipo de explotación económica, como:

• Traducciones a otros idiomas.

• Adaptaciones para teatro o cine.

• Exposiciones públicas de tu obra.

• Cambios de formato, como convertir un libro en un audiolibro.

Protección en la Era Digital

El derecho de autor también se extiende a los nuevos ámbitos de creación digital. Esto incluye la protección para:

• Programas informáticos (software).

• Páginas web y portales de internet.

• Contenido digital de cualquier tipo.

El autor de una obra puede ser una sola persona, un grupo de creadores, o incluso un empleado que trabaje para una empresa. La documentación para el registro varía según el tipo de autor y el formato de la obra, garantizando que cada creador pueda proteger su trabajo de la manera más adecuada.