Crowdsourcing e innovación: el papel de las patentes en la colaboración abierta

Crowdsourcing e innovación es un binomio que está transformando la forma en que las empresas abordan sus procesos de investigación y desarrollo (I+D). En lugar de confiar únicamente en sus equipos internos, muchas compañías comienzan a explorar enfoques más colaborativos y abiertos para generar nuevas ideas y soluciones. Esto ha dado lugar a la innovación abierta. En este contexto, las patentes y la propiedad intelectual juegan un papel fundamental, ya que ofrecen protección y seguridad en un modelo que difiere significativamente de los métodos tradicionales. En este post explicaremos la relación entre el crowdsourcing, la innovación y el papel que juegan tanto las patentes como los derechos de propiedad intelectual en la colaboración abierta. La idea es proporcionar una visión clara de cómo las empresas pueden beneficiarse de este enfoque.

En concreto, la innovación abierta es un enfoque en el que las empresas permiten que agentes externos, como competidores, clientes, proveedores o instituciones académicas, participen en sus procesos de I+D. Este modelo rompe con la práctica tradicional de mantener en secreto el desarrollo de productos y servicios, favoreciendo, en su lugar, la colaboración y el intercambio de conocimientos. El objetivo es claro: aprovechar la diversidad de ideas y experiencias para desarrollar soluciones novedosas y efectivas.

En este particular, la propiedad intelectual, especialmente las patentes, adquieren una relevancia especial. Las patentes, aparte de proteger las ideas y productos innovadores, también brindan a las empresas la confianza necesaria para compartir parte de sus procesos y conocimientos con otros actores. Al asegurar la exclusividad y la posibilidad de capitalizar económicamente el conocimiento generado, las patentes se convierten en una herramienta crítica. Precisamente, porque equilibran la apertura de la colaboración con la necesidad de proteger los activos intangibles de una empresa. A propósito, te sugerimos  leer nuestro post “Pasos para patentar un invento en España”.

Por otro lado, el crowdsourcing es un concepto que ha evolucionado notablemente en los últimos años. Originalmente, se utilizaba principalmente para la recolección de datos o ideas. Pero, gracias a los avances tecnológicos y a la digitalización de los mercados, crowdsourcing e innovación coinciden para fomentar la colaboración a un nivel superior. Las empresas pueden utilizar plataformas en línea para acceder a un amplio grupo de personas que, de manera colaborativa, contribuyen con ideas, conocimientos y habilidades.

En el núcleo del modelo de negocio del crowdsourcing se encuentra la comunidad de colaboradores, conocida como “la multitud”. Dichos colaboradores pueden tener perfiles muy variados, desde profesionales altamente capacitados hasta personas sin experiencia profesional formal pero con un gran interés o habilidades en una materia específica. Esta heterogeneidad es un activo valioso, ya que permite a las empresas acceder a una amplia gama de conocimientos y enfoques que, de otro modo, no estarían disponibles internamente.

Las plataformas que facilitan el crowdsourcing son otro componente esencial. Mediante aplicaciones web o móviles, estas plataformas actúan como intermediarios entre las empresas y los colaboradores, ofreciendo un espacio donde se pueden proponer desafíos o tareas específicas. A los efectos, estas plataformas suelen ser intuitivas y accesibles, permitiendo a los participantes interactuar y colaborar de manera fluida. Las instrucciones y directrices proporcionadas aseguran que todos los involucrados comprendan claramente lo que se espera de ellos. De esta manera, facilitan la entrega de resultados de alta calidad y hacen efectiva la simbiosis crowdsourcing e innovación.

Además, para motivar a la multitud a participar activamente, las empresas suelen ofrecer recompensas e incentivos que pueden ir desde compensaciones económicas hasta reconocimiento público y estatus dentro de la comunidad.

Pero permitir a las empresas el acceso a una gran variedad de talento no es el único beneficio del modelo que nos ocupa. El crowdsourcing también ofrece otras ventajas significativas. Una de las más destacadas es la posibilidad de reducir costes. En efecto, al externalizar tareas específicas a una comunidad global, las empresas pueden ahorrar en gastos asociados con la contratación y formación de empleados a tiempo completo. Asimismo, la competencia generada en estas plataformas tiende a reducir los costes, ya que los colaboradores compiten por ofrecer soluciones de calidad a precios competitivos.

Por otro lado, la capacidad de superar las barreras geográficas es un beneficio relevante del modelo que analizamos. Las empresas pueden conectarse con personas de distintas partes del mundo, lo que enriquece el proceso creativo al integrar perspectivas culturales y enfoques diversos. Esta diversidad de opiniones y conocimientos permite la generación de ideas más innovadoras.

La propiedad intelectual desempeña un papel de primer orden en la relación entre crowdsourcing e innovación. De hecho, actúa como un mecanismo que permite a las empresas proteger sus ideas y creaciones, mientras se aseguran de que el valor generado se capitalice adecuadamente. Específicamente, las patentes, marcas, derechos sobre diseños y derechos de autor son recursos fundamentales que permiten a las organizaciones mantener la exclusividad sobre sus innovaciones.

Respaldadas en estos derechos registrados, las empresas establecen una barrera para la competencia y propician un entorno seguro para el desarrollo colaborativo. Aún así, la gestión de estos derechos en un contexto de crowdsourcing puede ser compleja y requiere una planificación cuidadosa para evitar conflictos legales.

Cuando se emplea el crowdsourcing para resolver problemas técnicos o desarrollar soluciones innovadoras, el derecho de patentes cobra especial relevancia. Las patentes protegen las invenciones técnicas, otorgando a las empresas derechos exclusivos sobre sus desarrollos por un tiempo determinado. Esto es particularmente importante cuando las organizaciones externalizan el proceso de I+D, ya que las ideas generadas deben protegerse adecuadamente para evitar que terceros las utilicen o se beneficien de ellas sin autorización.

Concretamente, es fundamental que las empresas que utilizan crowdsourcing e innovación implementen políticas claras sobre la protección de las invenciones generadas por la multitud. Esto puede incluir acuerdos específicos con los participantes, donde se detalle cómo se gestionará la propiedad intelectual de las invenciones resultantes. Incluso, es indispensable mantener un nivel adecuado de confidencialidad antes de registrar una patente para evitar la divulgación de información. De lo contrario, estaría en riesgo la novedad de la invención, un requisito indispensable para la concesión de patentes.

Sobre esto, te invitamos a leer nuestro post “Estrategias legales para salvaguardar una propiedad intelectual”.

El crowdsourcing no se limita solo a la innovación técnica; también se aplica en la creación de nombres, logotipos y diseños visuales. En estos casos, las empresas deben prestar atención a los derechos de marcas, diseños y derechos de autor. Por ejemplo, cuando una organización solicita a la multitud ideas para un nuevo nombre de producto o diseño de logotipo, los derechos de marca entran en juego. Las marcas comerciales protegen los signos que distinguen productos o servicios en el mercado. Por eso, es fundamental que las empresas registren estas marcas para garantizar su exclusividad.

De igual manera, el derecho sobre diseño industrial y marca tridimensional es esencial cuando se busca crear productos visualmente distintivos mediante crowdsourcing. Estos derechos protegen la apariencia estética de un producto, garantizando que la empresa mantenga el control sobre el diseño y pueda impedir que otros lo copien o lo imiten sin autorización.

Por último, el derecho de autor es fundamental para proteger obras artísticas o literarias originales, como textos, dibujos o ilustraciones que puedan surgir de un proceso de crowdsourcing. Establecer claramente quién posee los derechos de autor y bajo qué condiciones se ceden o se licencian es imprescindible para evitar problemas legales.

Una de las principales consideraciones en el crowdsourcing de ideas es la gestión de la propiedad intelectual resultante. A diferencia de los acuerdos laborales tradicionales, la propiedad de los derechos obtenidos mediante crowdsourcing no suele estar cubierta por las normas habituales de contratos de trabajo. Por lo tanto, es esencial definir términos contractuales claros para gestionar la propiedad intelectual.

Las empresas deben establecer términos y condiciones que los participantes acepten explícitamente antes de contribuir con sus ideas. Estos términos deben abordar cuestiones como la cesión de los derechos de propiedad intelectual y las licencias de uso de las ideas o productos generados. En muchos casos, se puede ofrecer una compensación económica a los colaboradores cuya propuesta resulte ganadora, a cambio de la cesión de todos los derechos relacionados con la creación. 

Considerando todo lo mencionado anteriormente, es fundamental contar con un socio de confianza para proteger tus activos intelectuales y empresariales. En ISERN, ofrecemos servicios de asesoramiento legal especializado en el registro y protección de marcas, patentes y diseños, tanto a nivel nacional como internacional. 

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