Cuando hablamos de proteger innovaciones, solemos pensar en patentes, pero existe otra figura legal igual de útil para ciertas invenciones: los modelos de utilidad. Este recurso resulta ideal para resguardar mejoras prácticas y funcionales en objetos, especialmente cuando no cumplen con los altos requisitos de una patente. En este post, explicaremos qué son los modelos de utilidad, para qué sirven y en qué se diferencian de otras figuras de protección.
¿Qué son los modelos de utilidad?
En esencia, un modelo de utilidad puede definirse como una invención de carácter industrial, menos compleja que una patente, destinada a ofrecer mejoras, adaptaciones o nuevas estructuras que aporten una ventaja práctica. El propósito de su registro es proteger innovaciones que, aunque sencillas, tienen un impacto significativo en la funcionalidad de un objeto o su aplicación industrial.
La titularidad de este tipo de invención otorga al creador derechos exclusivos para fabricarla, usarla o comercializarla, impidiendo que terceros la reproduzcan sin autorización. Aun así, como parte del proceso, el modelo de utilidad se hace público para contribuir al conocimiento y desarrollo del sector. En España, la Ley de Patentes regula esta figura bajo el término de “pequeñas invenciones”, y su titular obtiene un certificado que formaliza esta protección.
¿Para qué sirven los modelos de utilidad y cuáles son los requisitos para registrarlos?
A diferencia del diseño industrial, centrado en la apariencia estética, y de las patentes, que requieren un alto nivel de inventiva, los modelos de utilidad destacan por priorizar la novedad y la utilidad de la invención. Esta condición los convierte en una opción atractiva para emprendedores, pequeñas empresas e inventores particulares que buscan proteger sus invenciones de manera rápida y eficiente. Por cierto, puedes leer más sobre la distinción entre patente y modelo de utilidad en este enlace.
En concreto, para proteger una invención bajo esta figura en España, se deben cumplir ciertos requisitos:
- Objeto físico: solo se aplica a objetos, nunca a procedimientos o métodos industriales.
- Ventaja práctica: el diseño debe traducirse en una mejora funcional o una aplicación industrial clara.
- Novedad y actividad inventiva: aunque menos estrictos que los de las patentes, el modelo de utilidad debe aportar algo nuevo y diferente.
Cumplir con estos criterios permite registrar de manera efectiva aquellas innovaciones que, aunque no sean revolucionarias, tienen un impacto tangible en su campo de aplicación.
En España, pueden registrar modelos de utilidad tanto personas físicas como jurídicas, nacionales o extranjeras, siempre que cumplan con las normativas aplicables. Esto incluye a:
- Residentes habituales en España.
- Empresas extranjeras con sede o actividad en el país.
- Ciudadanos o entidades de países miembros del Convenio de la Unión de París o con acuerdos de reciprocidad en materia de propiedad industrial.
Cómo registrar y proteger modelos de utilidad
Registrar un modelo de utilidad es un proceso accesible que otorga derechos exclusivos sobre invenciones prácticas, protegiendo a sus titulares frente a la explotación no autorizada por terceros.
Cualquier interesado puede gestionar la solicitud de un modelo de utilidad, ya sea personalmente o a través de un agente de la propiedad industrial -como ISERN– cuya experiencia suele ser útil para garantizar el éxito del trámite. Para comenzar, se debe preparar una serie de documentos indispensables:
- Formulario de solicitud. Es el formato en el que figurarán el título de la invención, los datos del solicitante, los inventores, posibles representantes legales y la firma correspondiente. A propósito, este formulario oficial puede descargarse desde la página web de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
- Descripción detallada de la invención. Se deben especificar las características del modelo que se desea proteger, detallando su utilidad y ventajas prácticas.
- Reivindicaciones. Es decir, un planteamiento claro de los aspectos novedosos y exclusivos de la invención que se desean proteger.
- Material gráfico. En efecto, la solicitud debe ir acompañada de dibujos, planos o esquemas que complementen la descripción y ayuden a entender mejor la invención.
- Comprobante del pago de tasas, que acredita haber abonado las tarifas correspondientes al trámite.
Proceso de tramitación y cobertura del registro
Una vez presentada la solicitud de registro de modelos de utilidad, la OEPM realiza una evaluación inicial en un plazo de 10 días. Durante el mismo, el organismo verificará que se cumplen los requisitos básicos. Si la documentación es correcta, se asigna una fecha de presentación oficial. En caso contrario, se concede un plazo de dos meses para subsanar errores. El trámite incluye los siguientes pasos:
- Examen técnico. Un experto evalúa el modelo de utilidad para comprobar que cumple los criterios de novedad, utilidad y aplicabilidad industrial. Si se detectan fallos, se notifica al solicitante, quien dispone de dos meses para corregirlos.
- Publicación y fase de oposición. Cuando el examen es favorable, la solicitud se publica en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. A partir de ese momento, se abre un periodo de dos meses para que terceros presenten posibles oposiciones. Estas deben ir acompañadas de pruebas que demuestren que la invención no cumple con los requisitos legales.
- Resolución final. Si no se presentan oposiciones, o si estas son desestimadas, se concede el modelo de utilidad y se registra en el Registro de Propiedad Industrial.
Costes asociados, derechos y duración de la protección
En realidad, el registro de modelos de utilidad en España es significativamente más económico que el procedimiento de las patentes. Las tasas rondan los 100 euros, con un descuento del 15% si el trámite se realiza de forma telemática. En comparación, registrar una patente puede costar entre 700 y 1.300 euros.
El titular de un modelo de utilidad obtiene derechos exclusivos para usar, comercializar o licenciar su invención. Esto implica que nadie puede fabricar, vender o explotar la invención sin su autorización. Además, el titular puede vender el modelo o ceder su explotación a terceros.
Sin embargo, la protección de un modelo de utilidad no es perpetua. Su duración es de apenas 10 años, sin posibilidad de prórroga, lo que lo diferencia de las patentes, que pueden extenderse hasta 20 años.
Ejemplos prácticos de modelos de utilidad
Entre los ejemplos de invenciones que, en su momento, probablemente se protegieron mediante un modelo de utilidad destacan:
– Herramientas o dispositivos con mejoras funcionales: como un taladro con brocas cuyas puntas terminadas en plano o estría sirven como atornilladores que agilizan el proceso de colocación o extracción de tornillos.
– Mobiliario con aditamentos: es el caso de las sillas para escritorio con ruedas en la base y un mecanismo de balanceo frontal para reclinar el cuerpo.
Como ves, esta figura no protege procedimientos industriales ni elementos intangibles, como marcas o signos distintivos.
ISERN: tu aliado en el registro de modelos de utilidad
En ISERN, llevamos más de un siglo ayudando a los inventores a elegir entre registrar una patente o un modelo de utilidad, brindándoles toda la información necesaria para tomar la mejor decisión.
Nuestro equipo de expertos te asesora y proporciona apoyo legal en cada paso del proceso, ya sea que se trate de invenciones individuales o empresariales. Asimismo, una vez obtenido el registro, nos encargamos de monitorizar posibles usos indebidos y de proteger tus derechos con determinación.
Si necesitas registrar modelos de utilidad, contáctanos. Contamos con 12 oficinas en las principales ciudades de España, donde estamos listos para ayudarte.