En esencia, la renovación de marca es mucho más que un trámite burocrático. Es un acto de protección y de afirmación de la identidad corporativa. Como dijimos, en un entorno altamente competitivo donde la originalidad y la diferenciación son críticas, el mencionado trámite se convierte en un paso estratégico para mantener la propiedad exclusiva de una marca registrada.
Cuando una empresa decide llevar a cabo una renovación de marca, está asegurando que su identidad comercial esté protegida de manera continua. De esta manera, su reputación no se verá comprometida por el uso no autorizado de su marca. Este proceso no solo implica la extensión de la protección legal de la marca, sino también una reevaluación de su posicionamiento en el mercado y su relevancia para los consumidores en constante evolución.
En sí, el procedimiento para la renovación de marca puede variar según el territorio en el que se haya registrado la misma. Pero, en general, consta de una serie de pasos que deben seguirse con precisión para garantizar el mantenimiento de los derechos sobre la marca. En el caso específico de la Unión Europea y España, este proceso es particularmente decisivo y debe llevarse a cabo de manera diligente para evitar posibles complicaciones legales y pérdidas de derechos.
¿Qué es exactamente la renovación de marca y cómo se lleva a cabo?
¿Dónde debes realizar la diligencia?
En España, el proceso que nos ocupa se gestiona a través de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). Mientras que para las marcas con validez en toda Europa, el trámite se realiza ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). Ambas instituciones son responsables de garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera transparente y eficiente. De este modo brindan a las empresas la seguridad jurídica necesaria para proteger sus activos intangibles más valiosos.
Por cierto, es esencial destacar que la renovación de marca no es un proceso automático. Depende del titular de la marca estar atento a los plazos de vencimiento y presentar la solicitud de renovación en el momento oportuno. Este proceso involucra a todos los tipos de marcas: individuales colectivas, figurativas, etc. La negligencia en este aspecto puede resultar en la pérdida de derechos sobre el signo distintivo, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la empresa en términos de reputación y competitividad en el mercado. Por este motivo, es muy importante contar con el asesoramiento y la representación de agentes oficiales como ISERN, que avisarán de todos los pasos con la antelación suficiente para tramitar sin riesgo la renovación de marca.
¿Cómo se hace una renovación de marca en España?
En primer lugar, es importante comprender la duración y los plazos asociados con la renovación de marca en España. La duración inicial de una marca o nombre comercial es de 10 años desde la fecha de presentación de la solicitud. Sin embargo, esta protección puede extenderse mediante renovaciones sucesivas, cada una de ellas por un período adicional de diez años.
Es importante tener en cuenta que la solicitud de renovación puede presentarse dentro de los seis meses previos a la expiración del registro. Esta fecha límite se calcula sumando 10 años a la fecha de presentación inicial de la solicitud de la marca o nombre comercial.
Una vez expirado el plazo de vigencia de la marca, existe un período de gracia de seis meses adicionales para presentar la solicitud de renovación. Aunque durante este tiempo se aplicarán recargos en la tasa de renovación. Durante los primeros tres meses de este período de gracia, se deberá abonar un recargo del 25% sobre la tasa de renovación. En los tres meses posteriores, es decir, del cuarto al sexto desde la fecha de expiración del registro, el recargo será del 50% sobre la tasa base de renovación.
Por otro lado, tanto el titular de la marca como un derechohabiente debidamente autorizado pueden presentar la solicitud de renovación. En el caso de que la solicitud sea realizada por un derechohabiente, será necesario acreditar esta cualidad solicitando el correspondiente cambio de titularidad o cesión de derechos sobre la marca. Esta gestión puede realizarse de manera electrónica o mediante presentación en papel, si el solicitante no tiene la obligación de relacionarse electrónicamente con la Administración.
Tasa para la renovación
Respecto a las tasas asociadas con la renovación de marca, estas se calculan en función del número de clases para las que se desea renovar la marca. Es pertinente recordar que, una vez transcurrida la fecha de expiración del registro, se aplican recargos sobre la tasa base de renovación. En este sentido, según las tasas vigentes desde el 1 de enero de 2024, la tarifa base para la renovación de la primera clase es de:
- 174,18€ para trámites no electrónicos
- 148,06€ para trámites electrónicos.
Además, es posible realizar una renovación parcial de la marca, renovando únicamente algunas de las clases para las cuales está registrada. En este caso, la solicitud deberá indicar claramente que se trata de una renovación parcial y es preciso seleccionar las clases específicas que se desean renovar. Este enfoque permite una gestión más flexible de los activos de propiedad intelectual de la empresa, adaptándolos a sus necesidades y evolución del mercado.
¿Cómo se hace una renovación de marca en la Unión Europea?
La Unión Europea (UE) sigue un proceso similar al de las marcas registradas en España, aunque con algunas particularidades propias del ámbito europeo.
Al igual que las españolas, las marcas de la UE tienen una vigencia inicial de diez años desde la fecha de presentación de la solicitud. Del mismo modo es posible renovarlas indefinidamente en períodos sucesivos de diez años. Este proceso de renovación es esencial para asegurar la continuidad de los derechos sobre la marca en el territorio de la UE y evitar posibles disputas legales o pérdidas de derechos.
En efecto, el procedimiento de renovación de una marca de la UE comienza seis meses antes de la expiración del registro. Entonces, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) enviará una comunicación por escrito al titular o su representante legal. En la misma, indicará la necesidad de proceder a la renovación de la marca.
Ciertamente, el titular debe llevar a cabo el trámite, dentro de ese plazo de seis meses antes de la fecha de expiración del registro. Para ello, abonará la tasa correspondiente. Cabe destacar que el último día hábil para solicitar la renovación y realizar el pago es la fecha de expiración de la marca. Sin embargo, existe un período adicional de gracia de seis meses después de esta fecha, durante el cual aún es posible realizar la renovación, aunque con un recargo adicional del 25% sobre la tasa de renovación.
Por el contrario, si la solicitud de renovación no se presenta dentro de este período adicional, la EUIPO informará al titular de que su marca ha sido anulada y retirada del Registro. La mencionada entidad publicará la resolución en el Boletín de Marcas de la Unión Europea.
Otros detalles importantes sobre la renovación de marca
Resulta indispensable distinguir entre la renovación de marca y su transformación en la UE. Si el titular no desea renovar la marca de la UE pero sí mantener sus derechos en determinados Estados , puede presentar una solicitud de transformación. Es indispensable presentar la misma durante los tres meses anteriores al final del período adicional de renovación.
En general, el proceso de renovación puede realizarse en línea a través del formulario de solicitud de renovación en el sitio web de la EUIPO. Una vez completada la renovación, la EUIPO enviará una confirmación oficial al titular de la marca o su representante, y la renovación surtirá efecto a partir del día siguiente a la fecha de expiración del registro existente. Por otro lado, se actualizará el Registro de Marcas de la Unión Europea y se publicará una nota informativa en el Boletín de Marcas de la misma para informar al público sobre la renovación.
En cuanto a la renovación parcial de una marca de la UE, es posible renovar solo algunas clases específicas de productos o servicios para las que está registrada la marca. Esto proporciona flexibilidad al titular en la gestión de sus activos de propiedad intelectual.